Agustinas - OSA
Vida consagrada - Vida contemplativa
Presentación:
Las Agustinas Contemplativas (Monjas Contemplativas de la Orden de San Agustín) nos proponemos reproducir, bajo la guía de san Agustín, el modo de vida de la Iglesia primitiva de Jerusalén caracterizado por tener una única alma y un único corazón (Hch 4,32) y la comunión de bienes. Se trata de un ideal de fraternidad y comunión que tiene como fundamento a Cristo, de cuyo cuerpo somos miembros, como meta el encuentro filial con Dios Padre (“hacia Dios”) y que lo hace posible el amor, don del Espíritu santo. Este fundamento trinitario y cristológico hace que el horizonte de la fraternidad trascienda los muros del monasterio, abriéndose a toda la Iglesia, ya cuerpo de Cristo, y a cuantos aún no son miembros de él, pero están llamados a serlo.
Ser agustina es: tener hambre de Dios y buscarle juntas con una sola alma y un solo corazón, buceando en el interior de nuestras almas mediante la oración, el trabajo y el estudio, viviendo en amistad con las hermanas.
Nuestra Vida Contemplativa es: un lugar privilegiado para el encuentro con Dios, viviendo sólo para Él, buscándole en el silencio, orando por toda la humanidad y viviendo la fraternidad agustiniana.
«Anduve descarriado y me acordé de ti. Detrás de mí oí tu voz que me gritaba que volviese... Y ahora mira, vuelvo sediento y anhelante a tu fuente. Que nadie me corte el paso. Voy a beber en ella y voy a vivir de ella» (San Agustín, Confesiones libro XII, 10, 10).
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