|<  <  >  >|

Isabel I de Castilla nació en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) el 22-4-1451, hija de Juan II de Castilla y de su segunda mujer, Isabel de Portugal (1428-1496), y hermanastra por parte de padre de quien en 1454 se convertiría en rey, Enrique IV.

La presión de la nobleza hizo que Enrique IV nombrara heredero a Alfonso, hermano de Isabel, antes que a su propia hija Juana, cuya paternidad se pondría luego en duda. Muerto Alfonso, Isabel logra en la Concordia de los Toros de Guisando ser reconocida como Princesa de Asturias, debiendo aceptar el matrimonio de conveniencia que el rey le propusiera. No obstante, Isabel logró finalmente casarse, como pretendía desde años atrás, con su primo segundo Fernando de Aragón (1471), y posteriormente obtuvo la dispensa papal necesaria. Al morir Enrique IV (1474), Isabel es proclamada Reina.

Isabel fue una mujer con carácter e iniciativa, severa pero buena madre de sus seis hijos, y de fuertes convicciones religiosas. Como gobernante tomó decisiones muy relevantes en el curso de la Historia: Creyó en los criticados proyectos de Cristóbal Colón, permitiendo el descubrimiento de América (1492); estableció la Santa Inquisición (1480); creó la Santa Hermandad; completó la unificación política y religiosa de los reinos de España con la conquista de Granada (1492) y la conversión o expulsión de los judíos y musulmanes, siguiendo la política de otros países europeos; firmó el Tratado de Tordesillas con Portugal (1494); y se preocupó por el respeto, la igualdad de derechos y la evangelización de los nativos americanos, como quedó reflejado en su Testamento.

Tuvo que soportar cristianamente numerosas desgracias familiares: el fallecimiento de su dos hijos mayores, el aborto de la esposa de su hijo, los desequilibirios y desaires de su hija Juana... Finalmente, falleció en Medina del Campo el 26-11-1504, víctima de un cáncer de útero.

|<  <

La Causa de Beatificación de la reina Isabel I de Castilla, la Católica, se inició en 1958 en esta Archidiócesis de Valladolid, siguiendo las normas de la Iglesia católica, que indican que estas causas deben iniciarse en la diócesis donde se produjo el fallecimiento.

Este proceso puede causar perplejidad en quienes dan crédito a una densa leyenda negra, que no resiste una crítica seria, y que ha condicionado durante mucho tiempo cualquier referencia a la reina Isabel. No obstante, la idea de su beatificación surge espontánea en quienes, además de conocer los tópicos de siempre, bebieron en las fuentes documentales de la época. La causa está suficientemente avalada por su vida de fe, su compromiso con Dios y con el prójimo, su austeridad, su afán evangelizador y su lucha por los derechos humanos.

La Causa concluyó su fase diocesana en 1990 y fue trasladada a Roma para su estudio por la Congregación para la Causa de los Santos. Después de haber aprobado el examen de los historiadores, con buena nota, aún no ha tenido lugar el decisivo dictamen de la Comisión Teológica, que ha sido pospuesto "para un mayor estudio y reflexión". Si es favorable, su dictamen pasaría a la Congregación de Cardenales y Prelados, que informaría al Papa, para su decisión final, sobre la heroicidad de las virtudes y la declaración oficial de Venerable.

La Causa figura en la página 82 del Index ac Status Causarum (Ciudad del Vaticano, 1988): Elisaheth I, Regina Castellae (Madrigal 1451-Medina del Campo 1504), Vallisoletanum. Decr. S. Scriptis 30 Mai 1974, Deput. Relator. 1985., Post. Anastasio Gutierrez. Prot. 1170. Ach. E 31.